Elena Call

"Mi madre, Anne Call, al escapar de América se refugia en Europa y conoce a un teniente de las Fuerzas Armadas británicas, Thomas Hallywell.
Cuando tenía ocho meses de vida, mi madre muere, no sé cómo. Mi padre fue muy reservado en ese sentido. Algo ocultaba.
Viví normalmente en Gran Bretaña. Mi padre no sólo me enseñó a luchar con o sin armas,(según él, tenia que aprender a defenderme), sino que también me enseñó a hablar español, la lengua natal de mi madre. De ella sólo tengo un collar que me hizo antes de morir,según mi padre. Por su parte, siempre se mostró frío y estricto para conmigo. Cuánto hubiera anhelado un abrazo y un te quiero de sus labios.
Siempre le reproché el por qué no me quiso dar su apellido. Mi padre siempre decía que era por mi bien.Se la pasaba trabajando y casi nunca hablábamos.
Una mañana, estando en el instituto, me informan la desaparición de mi padre y que no debía salir a la calle ya que, por la posición de mi padre, podría ser peligroso para mí. Fue un antes y un despúes en mi vida. ¡No podía tener tanta mala suerte!. Confundida, dolida y sin saber ni el destino de mi padre ni el mío, me importó un bledo mi suerte y decidí escaparme. Corrí sin rumbo y llegué a orillas de la carretera. De repente, todo se nubló. Sentí el ruido de un helicóptero, no quería abrir los ojos. No sabía cuánto tiempo había pasado. ¿¿Acaso minutos, horas, dias?? No sé, la cuestión es que sin mis padres, ya nada tenía sentido. De pronto, escuché hablar a unos hombres:-¿y al final que hacemos con la hija? No nos conviene que sobreviva....Ahora había entendido el por qué mi padre no quería que llevara su apellido. Esos mismos hombres me sujetaron y me tiraron al océano. Gracias a los exhaustivos entrenamientos de mi padre, logré soltarme las amarras. Nadé y nadé, sólo veía agua y era una situación horrible pero emocional y psicológicamente estaba deshecha; ya nada me importaba. Cerré los ojos y decidí que el agua me arrastrara...Le tomé un miedo inmenso al mar desde ese enconces.
Inconciente llegué a una playa. Estaba somnolienta cuando veo que un animal de pelaje rojizo me miraba fijo desde lejos. Intenté levantarme. No podía, mis extremidades no daban más. De repente,el animal se dió media vuelta y se fue. Respiré hondo y quedé recostada sobre el suelo. De la nada, siento que alguien me sujeta en brazos y me lleva a algun lugar. Estaba helada y su piel tan cálida era como un oasis en el desierto. De a poco abrí los ojos y logré verlo: su piel era cobriza, de ojos y cabello oscuro. Poseía rasgos salvajes. Sonreí levemente pero estaba tan exhausta que cerré los ojos y me quede dormida.
Cuando desperté estaba recostada sobre un cómodo sofá. Me sonrojé al ver a tanta gente mirandome fijo. La primera en hablarme fue una chica con unas extrañas marcas en su rostro, pero con eso y todo, era hermosa. Me dijo que no me preocupara, que todo iba a estar bien. Luego, prosiguió otro hombre diciendo que tenía que comer algo. No los conocía pero sin embargo me sentía muy a gusto con ellos. A simple vista parecían buenas personas. Di una ojeada general y lo que me llamó la atencíon fue el parecido que guardaban todos. Algo me tomó bruscamente de la mano distrayéndome y con una voz dulce me dijo que tenia que cambiarme los harapos que llevaba. Subí unas escaleras y de mala gana, una chica me ofreció una bermuda de jean desgastada y una blusa blanca. Me lo probé y me quedaba justo. Otra vez la misma niña con la voz dulce me llevó hasta la cocina. No entendía nada. Era una completa desconocida y sin embargo me trataban ya como familia. La cocina era pequeña pero acogedora. Había una gran mesa llena de panecillos, los cuales desaparecieron en cuestion de minutos.-Vaya! Estos chicos de desnutrición no van a morirse nunca.-Rieron todos y yo también. Sue Clearwater me dio hospedaje en su casa.
Con el tiempo, los fui conociendo y debo decirles que son unas personas maravillosas. La niña de la voz dulce era la preciosa Claire. Y la chica de mala gana, Leah. Al principio, me evitaba e ignoraba. Y cuando me hablaba lo hacía de forma fría y malhumorada. Pasó el tiempo, y ahora nos caemos muy bien. Me contó su historia y es algo trágica. No se cómo terminé siendo su fortaleza y me convertí en una gran amiga para ella y ella para mí. Les conté mi historia, e información va, información viene me enteré que tengo un hermano! Embry! Es super buena onda, algo tímido y reservado, pero dale confianza y es inseparable.Más que hermano, se volvió mi mejor amigo. Me contaron sus historias quileutes pero yo escuchaba algo ingenua aunque también esas historias con sangre, sacrificios y amores prohibidos me encantaban.
Una noche, me sentía rara y al no poder dormir empecé a vagar por el bosque. Estaba hirviendo pero fiebre no tenía. No podia explicarme lo que sucedía. Comenzé a temblar de manera descontrolada. Sentí un fuego que me recorría la espalda y de repente, exploté. Cuando quería acordar estaba corriendo velozmente en cuatro patas. Tenia un pelaje blanco hermoso. No lo podia creer! Podría ser un sueño?? Me sumergí en mis pensamientos y muchas voces en mi cabeza empezaron a sonar. Estaba temerosa y mi mente enmudecida. Me lo explicaron todo.
Así me dieron el puesto de proteger La Push y lo hacía muy bien. Les conté sobre mi cualidad para luchar con o sin armas, y quisieron que les enseñe. Aprendian rapidisimo y eran muy graciosas las peleas que se armaban en la playa. Parecían salidas de una peli de acción.
Con respecto al collar que me regaló mi madre, el dije de éste es de oro, tiene una forma extraña con algo pequeño escrito; al parecer es como una dialecto. Billy me dijo que mi madre siempre lo repetía y significaba: Vive hoy por el bien de mañana y nunca olvides sonreír....
Vivo aqui feliz aunque hay cierta dudas que me atormentan: ¿Y si mi padre fue convertido? ¿Me seguiria aceptando? Son dudas que todavia...no logro responderme....."