Hacía dias que notaba a Jasper distinto conmigo ultimamente estabamos algo distanciados y eso era algo que me mataba, me moría por saber lo que le pasaba pero le conocía estaba segura de que de momento prefería estar solo algo rondaba por su cabeza.
Salí a dar un paseo por el bosque era bien entrada la madrugada y todo estaba silencio se podía escuchar cualquier pequeño ruido incluso para alguien que no tuviera lo sentidos tan agudizados como los vampiros. Me gustaba pasear por el bosque en plena noche, era relajante sentir el suave viento rozando el rostro.
Desde una parte alejada me llego el olor de una manada de ciervos, hacía poco tiempo que había cazado pero no pudé evitar que se me despertara el apetito, corrí rapidamente por el bosque mientras seguía el olor, nada más llegar salte sobre uno de los ciervos y empezé a beber notando como la cálida sangre se deslizaba por mi garganta, cuando consideré que estaba llena, me levanté y con un pañuelo que tenía en el bolsillo me limpié las comisuras de los labios.
Estaba a punto de volver a casa cuando de nuevo volvio llegarme un efuvlio esta vez era totalmente distinto, era de un vampiro y uno muy conocido para mí, seguí el olor caminando con pasos rapidos pero agiles, llegué a un pequeño claro y hay estaba él, mirandome la persona más maravillosa que había en el mundo para mi, corrí hasta él y me abrazo yo me acurruqué en su brazos levantando la vista para mirarle.
-Vayamonos una temporada-le dije tiernamente pero siempre con mi tono entusiasta--tu y yo solos por un tiempo.
Él simplemente me agarró la cara con delicadeza para después de unos segundos besarme, volvía a ser el Jasper que conocía la persona que daba sentido a cada segundo de mi existencia, ese momento mientras me besaba hizo que me olvidara de todo, lo único que me importaba en ese momento era lo mucho que le quería y siempre sería asi.