Estaba en casa tranquilo. Leah se había ido al acantilado a pensar un rato, en espera de comprender lo que había sucedido últimamente. Estaba acostado en el sillón, tratando de dormir, después de casi 7 horas, haciendo guardia en el bosque, tenía un hambre voraz, y un sueño matador. Habían pasado 17 años desde que los Cullen tuvieron el enfrentamiento con los Vulturi. Yo me había imprimado de Jane Vulturi, y Leah de él hibrido Nahuel. Era sorprendente que Leah, había criticado mucho esa imprimación, terminara igual que Jacob… Karma. Yo tenía más años, pero seguía aparentando la edad de un chico de 16 entre 17 años, era el más joven en la manada. Todos seguía jóvenes, pero su físico reflejaba más madures que el mío. Aun así seguía, siendo el mismo chico, chistoso e inexperto en algunas cosas, en pocas palabras seguía siendo un niño infantiloide.
Pero yo, amigo de los vampiros vegetarianos, aquellos amigables, con las cuales se podía convivir en paz. Terminara con una vampiresa Vulturi, y la más peligrosa entre su guardia. Ahora resultaba mi alma gemela, ¿Qué teníamos en común?, esa pregunta daba vueltas en mi cabeza, una y otra vez. Algunos de la manada, no les agradaba la idea… Pero a mí no me molestaba, imprimarme no se refería a…terminar como Jacob, enamorado…Tal vez solo podíamos tener una simple amistad… o ella misma romper esos lazos.
Me di la vuelta para dar la espalda, y recuperar mi concentración, para poder dormir. Escuchaba como mi estomago, rujia. Apretó los ojos, repitiendo en mi mente – No tengo hambre -. Pero más, hambre me daba. Solté un gruñido, poniéndome boca arriba, e incorporarme, para levantarme del sillón. Mire en la barra en la cocina, una cesta con frutas, di unas largas zancadas para llegar rápido hacia ella. Había seis manzanas, las tome todas, guardando cinco en mis bolsillos del pantalón, dejando una para devorarme en un instante, deje los restos de la manzana en la barra, para continuar con otra más lento, sin tanta desesperación, y así sucesivamente.
Había seseado, un poco mi hambre pero aun tenía. Tome lo que había dejado de las manzanas para tirarlos en el cesto de la basura. Me lave las manos, ya que las tenía pegajosas por el jugo de las manzanas.
Tome mi mochila con camino de ropa, que se encontraba a un lado de la puerta, para salir, al aire libre, como siempre estaba nublado, aun así se podía ver rayos de sol, atravesar las densas nubes. Corrí hasta adéntrame al bosque. – Hora de divertirse – dije, soltando una carcajada para acelerar mi paso y dar un brinco triunfal, entrando en fase. Caí en mis cuatro patos, moviéndome para acomodar mi pelaje, y soltar un gruñido fuerte. – ¡Aaah! Esto me gusta cada vez más – Dije, en mi mente. Antes de seguir mi camino, trate de saber si alguien estaba en fase de la manda, pero nadie, respondía. Ladee la cabeza. Dejando mi mochila debajo de un árbol.
Me dirigí al acantilado para ir en busca de Leah y saber si estaba bien. Pero a medí camino un olor familiar me llego, me detuve. Arrugando la nariz, olisqueando, en eso una roca me pego en lomo, solté un gruñendo, volteando a ver quien se atrevía a tirarle una piedra a un lobo enorme. Era Paul me acerque a él para quedar frente a frente, respire profundo para soltar el aire en su cara. El me miro con su mirada imponente y engreída. [colo=blue]*- ¿Jugueteando, lobito?-*[/color] dijo, con voz burlona. Claro ellos tenían una forma lobuna más extravagante, yo aun tenía la misma con un poco de más masa corporal.
Le gruñí, para luego rodearlo, dando brinquitos en forma de burla, como diciéndole “ lero, lero, no te tengo miedo”. El arquee una ceja y se lanzo sobre mí, para caer en su forma de lobo. *- Ahora, mejor juguemos un jueguito de verdad- *escuche su voz, llena de egocentrismo. – Paul, ya está claro que ganare – le conteste, burlándome, mientras le gruñía. El me devolvió en gruñido, mordiéndome la oreja con fuerza para arrancármela pero no lo hizo se quito. Para comenzar a rodearme como si fuera su presa. Yo me queje, soltando un aullido, mientras con la pata, me tocaba la oreja herida. Lo fulmine con la mirada, y comencé a seguirlo con la vista. Hasta que se puso enfrente de mí, y me lanza sobre él en un brinco.
- La venganza es dulce – le dije, riéndome en mis pensamientos, para volverme a concentrar en el juego. Paul comenzó a tirar mordidas, cuando yo le mordí el lomo, apoyando mis patas en su estomago con fuerza y dando movimientos con mi cabeza a los lados para poder hacerle una herida igual como la que había hecho en mi oreja. Parecía que había utilizando mucha fuerza en mi mandíbula que el soltó un aullido de dolor *- Seth, declárate muerto -* Escuche la voz de Paul, molesto, que podía imaginarme su cara llena de rabia, casi saliéndole humo de las orejas. – JA JA JA JA JA – Me carcajee en la mente, sabía que vería mi pensamiento imaginario sobre él. Gruño, mirándome enojad, para usar toda su fuerza para levantarse aunque yo lo estuviera mordiendo.* - Suéltame perro-* Me ordeno, y obedecí, le di un zarpazo con fuerza en el hocico. El me lo devolvió para lanzarse sobre mi acompañándote en sus patas traseras. Yo hice lo mismo para detenerlo, comenzamos a tirarnos zarpazos y mordidas. Paul me había aruñado la mayor parte del rostro. Y yo había logrado darle mordidas en las patas haciéndole unas cuantas fisuras en ellas. Solté un aullido de dolor, cuando volvió a arañarme en la cara, ya el dolor era algo insoportable. Paul tenía una gran fuerza bruta. Apoye mis patas en su pecho para darle un empujón hacia atrás, este perdió el equilibro y caía. Volvía apoyarme en mis cuatro patas.
- Torpe, mira como me dejaste mi linda cara – dije, mientras me abalanzaba sobre el, pero el se levanto de un salto, para empujarme con la cabeza, y arrinconarme contra un árbol. Y Hasci empujarme contra el con fuerza. El árbol no aguantaría mucho con la enorme fuerza que Paul usaba para golpearme contra el árbol, le tire una mordida atrapando su oreja y tratar de arrancarla para que me dejara pero el me dio u zarpaso en el hocico, haciendo que lo soltara y de nuevo volvió a empujar,e mis costillas comenzaban a doler - No seas abusivo, Paul- me queje, el no me contesto solo podía escuchar su risa burlona y cinica. Solte un gruñido fuerte. Ya era algo molesto esto, ya no pelearía jugetonamente. En eso cuando iba recibir otro empujon, ayude para que la fuerza fuera mayor cuando chocara contra el árbol, claro el pobre árbol ya no aguantaría más tanto golpe, no era muy resistente aun, asi que con ese impacto podría roperse y caer.
Y así fue, Paul y yo rodamos, cayendo junto con el árbol. *- Estúpido, lobito-* Dijo Paul, tirado debajo de las ramas del árbol, yo termine tirado debajo de árbol, había chocado contra él. Me dolía la parte que había recibido los impactos del golpe, trate pararme pero ya me costaba, como no había comido bien, sentía un hambre horrendo y eso disminuía mi energía.
Me quede ahí tirado un rato, Paul hizo lo mismo, también parecía cansado. Comencé a levantarme poco a poco, hasta lo lograrlo – Ya me canse y tengo hambre – Pensé. *- Yo igual, no dormí nada-* dijo Paul, cuando trataba de levantarse. En eso escuchamos los dos el crujido de ramas cuando alguien las pisaba. Los dos levantamos las orejas para captar mejor los sonidos, y comencé a olisquear para saber que era *- Huele a fiera…ósea a Leah-* dijo Paul, con burla, riéndose en sus pensamientos. Le gruñí, detestaba que se burlaran de mi hermana, o que la molestara. Corrí hasta el, dándole un zarpazo en la cabeza cuando tratado de levantarla para tirarme una mordida. Mi zarpazo hizo que la cabeza de Paul rebotara como pelota en le piso, escuche un chasquido. *- Maldito, Seth, me lastimaste la quijada -* Gruño, Paul, mirándome con ira.
*- Dejen de jugar, niñas -* Una voz de mujer, nos hablo. Paul y yo volteamos a ver quien era. Obviamente era Leah, estaba cruzada de brazos, enfrente de nosotros, arqueando una ceja, mirándonos como un par de mocos malcriados. *- Ya viene a molestar, la amargada -*Pensó Paul. Leah lo volteo a ver con una mirada fulminante con los ojos entre cerrados, como si hubiera escuchado lo que había pensado. *- Salgan de fase -* Nos ordeno. Paul, se levanto gruñéndole a ella y luego a mí, para después desaparecer en los arboles. Yo hice lo mismo, en busca de mi mochila, que estaba a unos cuantos metros.
Salí de fase, para tomar mi ropa y vestirme rápidamente. Al terminar tome mi mochila, corriendo donde había dejado a Leah.
No tarde mucho en llegar. Paul ya estaba a su lado, con esa sonrisa llena de burla, mientras al parecer pelaba con Leah, como de a costumbre, llegue con una sonrisa de oreja a oreja, pegándole a Paul en el brazo – Déjala o ya verás – Dije, soltando una risa. Leah también sonrió, riendo entre bajos.
*- Que miedo, Lobito -* Me contesto, devolviéndome el golpe con más fuerza. Se lo iba a regresar pero Leah interrumpió *- Ya, niñas… Vayamos a visitar Jacob -* Propuso Leah, Paul hizo una mueca pero termino aceptando. – Vamos, vamos – dije riéndome. Leah comenzó a correr rumbo a la casa de Jacob. *- Haber quien gana -* dijo mi hermana. Comencé a correr siguiéndola, al igual que Paul. No sé, pero algo me había dado ánimos, la verdad que Leah, Paul, Quil, Jake, todos, hacían que nos diera esa energía para continuar, olvidado que tenía una necesidad como dormir o comer. Comenzando una carrera hacia la casa de nuestro amigo….